Irregularidades en el Banco europeo de Finanzas

Llevaba declarando ante el juez Moreiras Cabello desde las cuatro y media de la tarde del miércoles en la Audiencia Nacional, y a las doce y media de la noche, cansado y confundido, Francisco Peiró recibió resignado la noticia de su inmediata conducción a Carabanchel, mientras se confesaba en el hombro de su abogado, Horacio Oliva: «Puede ser que haya sido un mal gestor, pero lo que es cierto que no me he llevado un duro de nadie». Francisco Peiró, ex presidente del Banco Europeo de Finanzas (BEF), y Enrique Pastor, ex secretario general del consejo, ingresaron efectivamente en la madrugada del jueves en prisión, acusados de estafa y delitos contra el régimen jurídico de control de cambios. El ingreso en prisión de Peiró y Pastor parecía venir rodado tras la querella del fiscal. A Francisco Peiró le fue impuesta una fianza de 500 millones de pesetas para conseguir la libertad provisional, rebajada a 50 millones en el caso de Pastor. La historia inmediata se había iniciado el pasado 31 de octubre, cuando el Banco de España remitió al fiscal sus investigaciones sobre las irregularidades cometidas «por Si de ellas se derivasen responsabilidades de índole penal». Peiró confesó en su declaración al juez que los documentos comprometedores desaparecidos del BEF, tras la intervención del Banco de España, se habían ocultado en una consigna de la estación de frerrocariles de Chamartín, en Madrid. En los documentos hallados se encontraron pruebas suficientes como para decretar el ingreso en prisión de los encausados.

La sustracción de los documentos se produjo tras la intervención del Banco de España, ocurrida el pasado 30 de septiembre después de que el BEF no pudiera hacer frente ese día a sus compromisos en el mercado interbancario, que suponían 17.000 millones de euros. Ese mismo día, los responsables de la entidad presentaron suspensión de pagos, que afecta a un buen número de entidades financieras cuyo riesgo con el BEF supera los 20.000 millones de euros. El mayor acreedor del BEF es la Caja de Ahorros de Ronda, con 10.500 millones de euros. Según las investigaciones de los inspectores del Banco de España, los gestores del BEF, apoyados por algunos accionistas, desarrollaron un sofisticado sistema para recoger dinero negro, ofreciendo extratipos y altas rentabilidades, hasta conseguir una abultada «caja B». De acuerdo con las últimas estimaciones derivadas de tales investigaciones, al menos 3.000 millones de euros se han esfumado de la contabilidad del BEF a través de la citada «caja B».Las fuentes consultadas han señalado que esta cantidad podría aumentar en el futuro, aunque no se descarta la aparición de activos no conocidos que pudieran respaldar una parte del agujero generado en tan sólo dos años y medio. El dinero desaparecido, según las investigaciones, se habría destinado, en su mayor parte, al enriquecimiento personal de algunos gestores y accionistas de la entidad.

El informe remitido por el Banco de España al fiscal señala que en el BEF existía una doble contabilidad, cuyos fondos fueron utilizados por algunos consejeros y ejecutivos para la compra de acciones del banco. En diciembre de 1989 un grupo de consejeros compró el 15% del BEF a la compañía Centunión por 750 millones de euros. Ese dinero provenía de la citada «caja B». Asímismo, el BEF emitió pagarés de la Diputación Foral de Vizcaya por un total de 1.200 millones de euros. Los «pagarés malos», como se les conocía familiarmente en la entidad, están firmados por Francisco Peiró. El nominal de uno de los pagarés falsos descubiertos se eleva a 433 millones. En el entramado para captar dinero negro que posteriormente fue utilizado por determinados consejeros, figura la sociedad Almojar, con cuenta abierta en la Eurocapital SVB, sociedad matriz del BEF. Los fondos de Almojar, según fuentes solventes, suman 2.000 millones de euros. Peiró sacó dinero en efectivo del BEF en repetidas ocasiones. En concreto, el día 25 de septiembre retiró, mediante la entrega de dos recibos, 50 y 25 millones de euros. Al día siguiente, ingresó un cheque por 75 millones de Eurocapital, SVB, dinero que provenía de la cuenta de Almojar.

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