Ni los animales tienen que ver

A esta sociedad nuestra no se le hiela la sangre casi por nada. Apenas se inmuta cuando aparecen ancianos con evidentes huellas de malos tratos. cuando otros aparecen muchos días después de haber fallecido, y de no ser por el olor nauseabundo que despide el cadáver olvidado, nadie se habría dado cuenta de que el anciano había dejado de existir.
Esta sociedad nuestra apenas se estremece cuando ve polular por las calles de Madrid a miles de niños mendigos. 

Esta sociedad nuestra no se desmorona cuando llegado el invierne algún que otro mendigo amanece muerto en la calle, roto su corazón por el cuchillo de la escarcha. A Susana, once años, deficiente mental, le ataban diariamente a une columna del centro Miguel de Unamuno, en Móstoles. Susana pasaba varias horas abrazadita por la fuerza a esa columna del dolor, de la injusticia, de la vergüenza. Mientras la noticia de que e muro de Berlín caía roto por la fuerza de la razón llegaba a España en un rincón de nuestra Comunidad, en Móstoles, se conocía la noticia de que en un colegio especial -y tan especial- una deficiente, Susana, once años, llevaba tiempo siendo atada a una columna Nos desayunamos con mucha frecuencia a base de noticias tristes que hablan de ancianos maltratado: en las residencias, atados a la cama golpeados, hacinados, cubiertos de heces y orines. 

Un día, sobre todo en verano los familiares se «olvidan» al abuelo en la sala de urgencias de un hospital; otro día, son los cuidadores de la residencia los que se olvidar del anciano, no le echan en falta se les muere y no se dan cuenta.

En un colegio de Móstoles une deficiente mental es atada para que no se mueva, para restarle la libertad de movimiento de su cuerpo la libertad de movimientos es torpe en su cerebro por que así lo quise la naturaleza. En una guardería de Getafe, un pequeño de tres meses muere asfixiado... sólo una cuidadora pan muchos niños pequeños. En otra guardería, «El Angel» -desde luego que no se trataba del Angel de la Guarda, dependiente de la Comunidad, un niño de dos años; permaneció encerrado durante do horas. Los responsables del centre se olvidaron de él, como se olvidar de los ancianos en algunas residencias. Aquello de «los viejos y los niña primero» está en desuso. 

Hay residencias bien puestas para animales donde éstos reciben un trato de lujo. Hay residencias que a los contribuyentes nos cuestan como de lujo y donde los ancianos reciben un trato de animales... y además en otras instituciones, se ata a lo: deficientes a una columna, para que no molesten, para que se sientan animales. Y los animales de verdad los irresponsables de turno, siguen ocupando los mismos despachos , cobrando los mismos sueldos.

Comentarios

Entradas populares