Problemas en el gran hotel de lujo El Villaitana

El Villaitana, el complejo hotelero de lujo situado en los aledaños de Terra Mítica en Benidorm, se la está jugando. 

El establecimiento, gestionado por Meliá, propiedad de la familia Cremades y en el que participan en su accionariado caras conocidas como Emilio Butragueño, Matías Prats, Jorge Martínez Aspar, Emilio Aragón o el torero Vicente Barrera, entre otros, mantiene una lucha encarnizada con los administradores responsables del concurso de acreedores en el que se haya inmerso el hotel desde noviembre de 2010.

Es precisamente esta guerra la que puede llevar al macroresort, que contó con una inversión inicial de 130 millones de euros, a la liquidación definitiva. La administración concursal, compuesta por tres gestores, reclama a Xeresa Golf, empresa propietaria de las instalaciones, el pago de casi tres millones de euros en concepto de honorarios. Concretamente, 2.866.043 euros. 

De hecho, los administradores han presentado una demanda ejecutiva ante el juzgado de lo Mercantil número 2 de Alicante exigiendo el pago inmediato de sus honorarios.

No obstante, los dueños del hotel consideran "desproporcionada" esta tarifa. Creen que el pago de estos "exagerados" emolumentos aboca a la sociedad a la liquidación, porque el sueldo de los administradores se comería todo el ahorro conseguido con la quita facilitada por los acreedores de la firma. 

"Si pagamos esos casi tres millones de una tacada a los administradores, sin plazos ni moratoria, nos vamos a liquidación", aseguran fuentes de Xeresa Golf.

Las cuentas son las siguientes: el hotel debe a sus acreedores ordinarios unos 7,9 millones de euros. La empresa llegó a un acuerdo con ellos. Pactó una quita del 33,2%, es decir, de 2,64 millones de euros, permitiendo además una moratoria de cinco años para el pago del resto del dinero. 

La Seguridad Social y Suma, tradicionalmente reacios a este tipo de acuerdos, también aceptaron el cobro de la deuda en cinco años "para ayudar a la empresa a ser viable", según apuntan desde Xeresa, donde sostienen que han abonado todos los pagos correspondientes al personal y la Seguridad Social desde la declaración del concurso.

El importe que va a cobrar la administración concursal (2,8 millones, de los que ya ha percibido 979.000 euros) es superior a toda la quita soportada por los acreedores (2,64 millones), "por lo que el efecto beneficioso que debería tener el concurso para la empresa no existe, ya que los únicos beneficiados son los administradores concursales, y los perjudicados son la compañía y los proveedores que soportan la quita", señalan en la firma.

El juez ha dado la razón a los administradores. Tendrán que percibir esos 2,8 millones (les falta por cobrar 1,88 millones). Xeresa ha pedido a la administración concursal la opción de abonar esta cantidad a plazos durante cinco años. Según fuentes del grupo, los administradores se niegan y quieren cobrar ya, "lo que pone en serio riesgo la supervivencia de la sociedad y sus 300 empleos".

Los dueños del Villaitana están indignados con las pretensiones de los administradores. Dicen que han dedicado "poquísimas horas" a gestionar el concurso del hotel. Según sus cálculos, durante todo el proceso concursal, los tres administradores designados por el juez han realizado "sólo 19 visitas" al Villaitana para realizar gestiones sobre el proceso concursal, y a esos encuentros, "tampoco asistían siempre los tres".

Desde Xeresa se muestran tajantes: "Ellos exigen cobrar 2,8 millones, y si han venido al hotel tan sólo 19 veces en apenas dos años, eso supone embolsarse 150.000 euros por cada visita. Si sólo han trabajado dos horas y media en cada visita –añaden desde la empresa–, la hora de trabajo les sale a 60.000 euros. Es insostenible". Los administradores, ganan el concurso. La empresa, tal vez muera.

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