Los problemas de los bailarines más conocidos

JOAQUÍN CORTÉS. El bailarín cordobés también ha sufrido las embestidas de la crisis económica y de su poca diligencia (o la de sus asesores) a la hora de manejar sus ganancias. Actualmente, está en concurso necesario -una figura jurídica específica para personas físicas y que es similar al concurso de acreedores-, intentando solventar sus numerosas deudas económicas. Pero sus problemas no terminan ahí: espera una sentencia por presunta apropiación indebida.

RAFAEL AMARGO sabe bien lo que es tener una mala experiencia con las instituciones a raíz de su colaboración en los carnavales de Tenerife de 2007. Olvidado aquello, hoy es el director artístico de la nueva Compañía Flamenca de Cataluña, se ha instalado en Barcelona y ha dicho adiós a los problemas. 

ANTONIO CANALES es otro de los grandes bailaores de nuestro país, aunque durante un tiempo estuvo más en los papeles por su faceta de celebrity. El año pasado unas imágenes suyas en actitud sexualmente activa con un amigo en la playa llegaron a ser trending topic en Twitter. Hoy ha perdido 14 kilos y ha recuperado su faceta como bailaor interpretando a Joan Miró en el espectáculo Miroterráneo. 

FARRUQUITO. El 16 de enero de 2007, Farruquito ingresaba en el centro penitenciario Sevilla II, tres años después de atropellar mortalmente a Benjamín Olalla Lebrón en una calle de Sevilla. Allí permaneció hasta enero de 2010, cuando cumplió su deuda con la justicia. Hoy, a punto de cumplir 30 años y esperando su primer hijo, su vida ha vuelto a la normalidad y a las tablas de los teatros.

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