Voy a falsificar documentos bancarios

La Policía ha desmantelado en Madrid un importante laboratorio clandestino de falsificación de documentos bancarios que pertenecía a una organización delictiva europea que llegaba a recaudar más de doscientos millones de pesetas al mes, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía. Los servicios policiales ofrecieron ayer una rueda de prensa para explicar los pormenores de esta operación, lo que da idea de su importancia, ya que no es habitual la comparencia de la Policía ante la prensa. En la operación policial, llevada a cabo el pasado lunes por funcionarios del grupo XII de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, han sido detenidos los dos encargados del laboratorio, Jorge Alberto Oberti, argentino de 50 años, y Rubén Urbano Bausada Teixeira, uruguayo de 32 años, y el «pasador» Luis Alejandro Castro Tajan, también de nacionalidad uruguaya y de 27 años.

El laboratorio clandestino utilizado por los detenidos, uno de los más importantes de los descubiertos en España, estaba ubicado en un piso alquilado de unos 160 metros cuadrados y situado en el barrio madrileño de Arturo Soria. En la citada vivienda fueron detenidos Oberti y Bausada y fueron intervenidos más de nueve millones de pesetas en francos, dólares y pesetas, más de 4.000 tarjetas de crédito falsificadas y unos 5.000 cheques de viaje manipulados de distintos bancos. Asimismo, la Policía se incautó en el piso de 150 pasaportes falsos de Portugal, Estados Unidos, Alemania, Argentina, Uruguay, Suiza, Francia, España, Indonesia, Dinamarca, Brasil y Holanda, según la información facilitada ayer por la Jefatura Superior de Policía. 


Además, fue intervenido por los servicios policiales un amplio material que los falsificadores utilizaban para realizar su «trabajo» y, entre los de que destacan, dos ordenadores, una impresora, una máquina eléctrica de escribir, una fotocopiadora, una cortadora y trituradora, dos lámparas artículadas con lupas, más de un centenar de fotolitos que utilizaban para confeccionar los documentos y planchas metálicas para simular visados extranjeros, incluso el estadounidense. Un funcionario del grupo XII de la Brigada de Policía judicial que ha participado en la operación señaló en la rueda de prensa que los miembros de la organización obtenían «de todos los lados» datos sobre personas de cualquier nacionalidad que luego utilizaban para falsificar tarjetas de crédito y otros efectos bancarios.

La mayoría de estos datos se conseguían a través de robos o de la información que ilegalmente les proporcionaban establecimientos comerciales en los que las víctimas habían pagado con sus tarjetas de crédito. «Un alemán que viene dos días a Madrid puede pagar una sauna con su tarjeta y, meses después, le llegan a su banco facturas de establecimientos, cajeros y bancos de ciudades españolas en las que no ha estado», señaló el citado funcionario policial. Tras un complejo proceso de falsificación con el que se obtenían los efectos bancarios, el «pasador» se encargaba de utilizar todos estos documentos para estafar. Los investigadores calculan que los detenidos, que estaban apoyados por una extensa red europea de delincuentes, llevaban actuando en Madrid desde hace aproximadamente un año y que conseguían cada mes más de doscientos millones de pesetas.

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