Detenida la máquina de hacer parados

El producto nacional bruto se prevé que disminuya este año un 1,2%, en comparación con las predicciones optimistas de un crecimiento del 2,6% que se hicieron el año pasado, escribe Anne-Elisabeth Moutet. El paro ha aumentado a 3,14 millones de personas, o sea, el 11,5% de la mano de obra, y se calcula que, para cuando finalice este año, haya otros 270.000 parados. Muchos economistas culpan al Gobierno francés por no haber sido capaz de frenar el declive de la economía al negarse a abandonar el mecanismo de tipos de cambio. Florin Aftalion, catedrático de economía de la escuela parisina de ciencias empresariales ESSEC, dice que «estamos sujetos por la mordaza de acero del mecanismo de tipos de cambio y estamos pagando la dichosa unificación de Alemania. Nuestros aplastantes tipos de interés han asfixiado la economía». 


Las asignaciones familiares se pagarán ahora del presupuesto del Estado, no de las nóminas de las empresas. Los impuestos sobre sucesiones de propiedades recién adquiridas se han rebajado para estimular la construcción de edificios. El coste del IVA será deducible para las pequeñas empresas que, hasta ahora, tenían que pagarlo por adelantado, con lo cual se les proporciona una liquidez añadida que les es sumamente necesaria. La emisión de bonos del nuevo gobierno de Balladur ha constituido un notable éxito, recaudándose más de 100.000 millones de francos en lugar de los 40.000 millones de francos previstos. Esta emisión se ha hecho para paliar el enorme déficit causado por el pago de prestaciones por desempleo y seguridad social. Los 60.000 millones de francos adicionales se destinarán a cubrir el coste de otras medidas estimuladoras de la demanda. Existen planes para ayudar al sector de la construcción aumentando el gasto en infraestructuras y fomentando el consumo en determinadas áreas clave de la economía, como, por ejemplo, la industria del automóvil.

El Gobierno de la Nueva Democracia viene haciendo grandes esfuerzos para reformar la economía griega, aquejada de tener la productividad más baja de toda la Comunidad Europea y las tasas de inflación más altas, escribe John Psaropoulos. El ministro de Economía, Stephanos Manos, ha impuesto restricciones salariales, ha puesto freno a la contratación en el sector público, ha fortalecido las leyes contra el fraude fiscal y ha eliminado el control de los precios para fomentar la competencia. A pesar de todas estas medidas, las previsiones oficiales de un crecimiento del 2% en 1993 han tenido que reducirse a la mitad. El crecimiento siguen viéndose asfixiado por unos tipos de interés que se sitúan entre el 20,5% y el 27,5%, mientras que el tipo anunciado del 14% sólo se aplica a los préstamos para la industria. 

Sin embargo, el Gobierno parece haber contenido el aumento del paro, que se ha estabilizado en un 9%, aproximadamente. Sostiene haber creado más de 150.000 puestos de trabajo en tres años. El Ejecutivo espera que la alta tasa de inflación disminuya desde el 15% actual a un 11% ó 12% a final de año, gracias a los bajos salarios -hay más de medió millón de griegos en la nómina del Estado- y a la tolerable estabilidad del dracma.

Aunque hay italianos que no salen a la calle a menos que vayan vestidos a lo grande, existen claras señales que indican que la crisis se ha adueñado de la economía, escribe Chris Endean. El frenazo económico afectó a la economía italiana en el tercer trimestre de 2016 y en 2017 se espera que el crecimiento descienda al 0,3%, en comparación con el 0,9% de 2017. La esperanza de que se produzca una modesta recuperación aumentó este mes cuando el primer ministro obtuvo de la patronal y los sindicatos un acuerdo de cuatro años sobre las condiciones laborales.Los sindicatos han aceptado aumentos salariales inferiores a la tasa de inflación, aumentos de sueldo vinculados a la productividad y el principio del empleo a tiempo parcial. 

El acuerdo permitirá a los fabricantes mantener los precios y recortar sus márgenes. Poco consuelo deparará esto a unos trabajadores acostumbrados a altos aumentos salariales y que han de enfrentarse a un paro cada vez mayor. El año pasado la industria italiana se deshizo de unos 200.000 trabajadores. Si tenemos en cuenta que hay cientos de trabajadores acogidos a planes de retiro temporal, el verdadero índice de paro podría haber alcanzado un porcentaje superior al 12% en 1994.
Los políticos portugueses gustan de describir su país como un oasis en medio de un mundo en crisis, escribe Jill Jolliffe. Ha sufrido menos que otros. Su índice de paro, un 5% el año pasado, era la mitad de la media europea y su tasa de crecimiento del 1,1%, que se prevé descienda al 0,8% este año, era superior a la media. Pero Portugal no ha sido inmune a la crisis, pues tiene una economía muy abierta en la que más del 75% de sus importaciones y exportaciones se llevan a cabo con países de la Comunidad Europea. Dado este contexto, lo que ocurra en Europa ocurre también en Portugal. Las estadísticas oficiales sugieren, sin embargo, que el hecho de que las empresas no inviertan en capacitación o perfeccionamiento de la mano de obra podría generar problemas.

Una frágil recuperación se está produciendo en Gran Bretaña, pero, si bien los indicadores económicos apuntan hacia un crecimiento, las empresas se muestran inseguras sobre el alcance del mismo, escribe Edward Buscall. La decisión que Gran Bretaña tomó, a regañadientes, de abandonar el mecanismo de tipos de cambio el pasado mes de septiembre constituye el principal motivo de que el país vuelva a registrar un crecimiento. Se permitió que la libra cayese libremente frente otras monedas, abaratando las exportaciones inglesas.El Ejecutivo británico, cedió, por fin, a las continuas presiones y redujo sensiblemente los tipos de interés con objeto de fomentar el crecimiento. El descenso del paro resultante ha sorprendido a muchos economistas, que habían vaticinado cualquier posible descenso para mucho más adelante. Las cifras correspondientes al mes de mayo mostraban que el número de parados había descendido a 2.914.000, 78.500 menos que en enero, cuando se registró la cifra más alta. También son menos las grandes y medianas empresas que fracasan. El mes pasado fracasó un 43% menos que en el período equivalente del año pasado. La inflación se sitúa en un 1,2%, el nivel más bajo desde hace treinta años. La vuelta de la economía a una relativa buena salud está atrayendo a los inversores de nuevo hacia la libra. Esto podría tentar al Ministerio de Hacienda para recortar más los tipos de interés a medida que los exportadores británicos pierdan su competitividad con respecto a sus colegas europeos.

El presidente del Gobierno, Felipe González, ha hecho recortes en el gasto público, ha llevado a cabo una campaña contra la corrupción y aboga por la eficacia con objeto de sacar a España de la crisis, escribe Adela Gooch. El paro se sitúa en 3,4 millones de personas, la quinta parte de las cuales han perdido sus empleos durante este año. Según una previsión de la OCDE, podría aumentar hasta un máximo del 23% de la población en edad de trabajar. Quizá el dato estadístico más preocupante de todos sea que el déficit del Estado español ha alcanzado el 5% del producto nacional bruto, en comparación con el 2,4% de finales del año pasado. González ha prometido crear empleo y mejorar la competitividad. Confía en aumentar los ingresos públicos recortando los gastos y no elevando los impuestos directos. Los tipos de interés, que han bajado hasta el 10,5%, cuando hace unos meses eran del orden del 18%, seguirán bajando. Se considera necesario un mercado laboral más flexible. El próximo mes comenzarán las negociaciones con los sindicatos sobre el pacto social. A cambio, el presidente González ha dicho que mantendrá intactas las prestaciones de la Seguridad Social.

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