Jessica Oliveras la miss catalana

Desde el pasado 4 de noviembre de 2012, Jessica Oliveras luce una de las bandas más deseadas, si no por las reinas de belleza, sí por las formaciones políticas independentistas de Catalunya: la de Miss Nació Catalana. Fue coronada en el pueblo en que nació, en Sant Joan de les Fonts, un núcleo de mil habitantes en la comarca de La Garrotxa. Pequeño, sí, pero con Ayuntamiento propio y con la mayoría de CIU. Y aunque la política se la trae al pairo a la nueva reina de belleza, la primera pregunta que hay que formularle es casi obligada...

Pregunta.- ¿Le ha llamado Artur Mas para felicitarla?

Respuesta.- No, no, qué va. Pero me gustaría que la Generalitat me tuviera en cuenta. Represento a un país, a la pluralidad del pueblo catalán, y eso es importante.

Lo es, lo es. Tanto como que alguien se haya sacado de la manga un título de Nació que, no obstante, en mayo próximo llevará a esta joven a la Riviera Maya para concursar por el título mundial de Miss América Latina. ¡Todo un reto! «Será un paso más hacia mi meta. Siempre he querido ser modelo, ya de pequeña me calzaba los zapatos de mi madre y recorría el pasillo una y otra vez imaginándome en una pasarela. No paraba de mirarlas (a las modelos) en las revistas, en la tele, y es total mi admiración por Judith Mascó. Me encantaría conocerla, preguntarle cómo es su mundo, qué consejos me puede dar… Me fascina su proximidad y la forma en que ha combinado su vida profesional con la familiar».

Es la mayor de las tres hijas de Mari Àngels Fontás y del pintor Josep Oliveras, un artista español de larguísimo recorrido, vinculado con algunas casas reales y el que más rincones de Rusia ha plasmado en sus cuadros. Parte, pues, de una familia equilibrada y con sensibilidades artísticas (ella también pinta), tras confesar que lo que desea es casarse y tener un hogar parecido al actual, habla del destino y de su escepticismo hacia el lado por el que la tostada con mantequilla cae al suelo. «No hay que dar nada por hecho, creo poco en la Ley de Murphy y, en cuanto al destino, sé que yo creo mi propia vida, que es mi propia obra de arte», dice.

La belleza de banda nacionalista que no es independentista se expresa con mayor fluidez en inglés que en castellano. No porque hable incorrectamente la lengua del país grande, sino porque el deje de la patria chica la delata. «Es lógico, comenta. Aquí estamos rodeados de volcanes y montañas, por eso nuestro catalán es tan cerrado y se nos nota tanto».

DESNUDO POLÉMICO

Si el título la ha hecho popular, su desnudo en la portada de la revista Interviú hace tan solo unos días la ha convertido en poema de amor para cientos y en canción desesperada para otros que claman su nombre. En el pueblo ha habido reacciones de todo tipo, y aunque las negativas no se las dicen a la cara ella sabe que son muchos los que no admiten el idilio visual entre la bandera estelada y su cuerpo al desnudo. «No entienden que una mujer pueda sentirse orgullosa de su cuerpo».

Las medidas de ese cuerpo son 90-60-90 y, de altura, anda entre Kate Moss (1,64) y su musa, Mascó (1,76). Mientras caminamos por las frías calles de su pueblo, camino del castillo civil de Juvinyà, sus amigos de siempre la miran pensando acaso que la niña con la que compartieron pupitre luce unos atributos que van más allá del patrimonio local.

Hay escaso erotismo en los gestos y la mirada de esta chica que cumplirá los 20 años el día 20 de diciembre, que está en su último año de Enfermería en la Universitat de Girona y que en enero se marchará a Finlandia a realizar un Erasmus. «Y a mejorar mi inglés», comenta, «aunque ya estoy con el francés. Tengo clarísimo que he de seguir estudiando. Hay fórmulas tan bellas en inglés, por ejemplo my darling».

En este momento, empero, Jessica está sola, sin más compromiso que el de mantener erguida su belleza, y con la compañía de sus libros. «Me apasiona leer», comenta, «es forjarse un universo propio».

La conexión entre enfermería y política podría haber dado sus frutos, pero hay pocas posibilidades. Una pregunta me ronda.

P.- Ya que casi es enfermera, ¿a quién le bajaría los pantalones para verle el culo?

Se muere de risa, es espontánea, y rápidamente contesta:

R.- A Daniel Radcliffe, no se ría, ¡me encanta!

Al ver que no sólo no me río sino que pongo cara de póker, sigue: «El actor que interpreta a Harry Potter, ¿cómo es posible que no le conozca?»

Dado que mis conocimientos literarios infantiles quedaron anclados en el Cavall Fort, el cómic catalán de los que nunca pudimos estudiar catalán por no ser idioma cristiano, insisto:

P.- ¿Y el culo de algún político? ¿Alguno le pone?

R.- ¡No! Qué espanto, ninguno, contesta.

P.- ¿Qué medicina le aplicaría a España? ¿Y a Cataluña?

R.- La misma para las dos: comprensión en las dos direcciones. Nos hace mucha falta.

P.- ¿Cuál es el último libro que ha metido usted en el DVD?

La carcajada es rápida. La respuesta se ausenta ante tan absurda pregunta. Chica lista esta Miss Nació Catalana, de La Garrotxa, comarca entre volcanes.

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