Los blancos ya tienen su laberinto

Hoy, a partir de las 19.30 horas, con TVE 2 como testigo, el Real Madrid se jugará su destino frente al Joventut. Los cuarenta minutos de prólogo de este nuevo capítulo de las semifinales han disparado la alarma. Esto va en serio. Después de cientos de horas de baloncesto, bueno, regular y malísimo, quien más y quien menos ya comenzaba a paladear el Barcelona-Real Madrid propio de cada junio. Al Joventut no se le asumía más papel que el de un convidado de piedra.

Y, sin embargo, la Penya se ha empeñado en hacer creer que esta Liga está viva. El Joventut parece renegar de la sapiencia de las apuestas, de su eterna condición de víctima, y ha sembrado todo tipo de pánicos y risas histéricas por las catacumbas del Santiago Bernabéu. 

Porque, a caballo entre el abismo y ese escrito Barcelona-Real Madrid, condimentan el culebrón la venganza que Karl anunció contra su presidente - «ganar la Liga»-, las adivinadas voluntades de Mendoza de que Karl pierda para darle la razón y las miradas desde el palco de Pedro Ferrándiz. Todo ello son morbosas circunstancias, fuente de adornos literarios. La verdad, bajo todo el argumento, la tienen en sus manos siete jugadores, caprichosos pero corajudos, orgullosos pero rudos, que se saben más audaces que los ocho hombres del Joventut, aún en inferioridad. De esos siete hombres, más que del despliegue técnicoestratégicologístico de Karl, de su respuesta ante una nueva desfavorabilidad -haber perdido el primer partido y en casa-, depende que la Liga termine como suele o de que el Joventut fantasíe con una final catalana.

El Madrid se ha complicado la vida ante un rival digno de complicársela a cualquiera, sobre todo después del rendimiento exhibido por los jugadores de Martínez en su primer asalto al Palacio. Sin embargo, ésta es la suerte de un playoff, una victoria blanca hoy tornaría en combustible lo que ayer era un lastre. Si el Real Madrid gana, todos los miedos peregrinarán a Badalona, a poblar un vestuario -el verdinegro- que es quien siempre se ha mostrado más indefenso ante ellos. En la otra esquina, más oscura, el Estudiantes precisa de artes milagrosas. 

Pese a que Jiménez no jugará hoy -20.30, autonómicas- y a que Epi ve hincharse y deshincharse su rodilla sin razón aparente, anteayer se vio a un Estudiantes que era muy poco jugoplastiko para tanto Barcelona. Sin embargo, apostar contra Estudiantes o hacerlo a su favor en un sólo partido es jugar a la ruleta rusa. Todo lo que le puedan los del Ramiro complicar la vida al Barcelona serán energías supletorias para el que resista el duelo Real MadridJoventut. Mientras Aito y Martín juegan su partida en silencio, los focos concentran en el Palacio la luz del miedo: el miedo a la extinción blanco o el miedo a la historia verdinegro.

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