La Navidad se viene celebrando desde hace 1.800 años.

Actualmente, la Navidad es una fecha señalada en la agenda de todo el mundo. Ya sean cristianos, de otras religiones o ateos, esta fiesta se ha ido asociando con el paso de los años a una tradición de unión familiar y de celebraciones. Pero la Navidad ha sido siempre una celebración cristiana y su historia se remonta hacia el año 320, ligada a la celebración del nacimiento de Cristo. Anteriormente, los romanos también llevaban a cabo sus celebraciones del 17 al 23 de diciembre, en unos días festivos en los que el arte de la cocina tenía un protagonismo importante, y el día 25 de diciembre era la fiesta pagana de la exaltación del Sol. Aunque se cree que Jesucristo nació más bien hacia la primavera, los primeros cristianos eligieron la fecha para hacerla coincidir con las fiestas paganas.

Elección del 25 de diciembre. Existen diversas teorías sobre el origen del 25 de diciembre como día de la Navidad. En Antioquía (actualmente Turquía), alrededor del año 386, Juan Crisóstomo -teólogo considerado uno de los padres de la Iglesia- impulsó a la comunidad cristiana a unir la celebración del nacimiento de Cristo con el del 25 de diciembre, aunque gran parte de este colectivo ya lo conmemoraba ese día por lo menos desde 10 años antes. En el Imperio romano, las celebraciones de Saturno -considerado el dios de la agricultura- durante la semana del solsticio, que era el acontecimiento social principal, llegaban a su apogeo el 25 de diciembre. Para hacer más fácil que los romanos pudiesen convertirse al cristianismo sin abandonar sus festividades, el papa Julio I pidió en el año 350 que el nacimiento de Cristo fuera celebrado en esa misma fecha. Por otra parte, hay quien mantiene que el 25 de diciembre fue adoptado solamente en el siglo IV como día de fiesta cristiana después de que el emperador romano Constantino I el Grande se convirtiera al cristianismo para animar un festival religioso común y convertir a los paganos en cristianos.

Tradiciones. La Navidad es la fiesta cristiana más popularizada y, por ello, es la que cuenta con más tradiciones. Además de la cena de Navidad, el Belén o el árbol, hay otros símbolos que merece la pena recordar. Entre ellos, destaca la corona de Adviento, hecha a base de ramas de ciprés o pino atada con un listón rojo en la cual se colocan cuatro velas -por lo general, de color rojo- que marcan los cuatro domingos de adviento anteriores al día de Navidad. Las familias se reúnen a su alrededor cada domingo, encienden una vela y recitan oraciones. Otro ejemplo son las piñatas, que consiste en una olla de barro adornada con figuras de cartón y papel picado de colores, ambas rellenas de dulces y frutas. Según la tradición, la piñata debe llevar siete picos, ya que cada uno representa los siete pecados capitales.

Aparte del cristianismo. Además de la tradición cristiana, hay otras religiones que señalan el 25 de diciembre. Por ejemplo, los romanos celebraban este día la fiesta del Nacimiento del Sol invicto, asociada al nacimiento de Apolo. Por su parte, los incas celebraban el renacimiento del dios Sol. De hecho, diciembre era el primer mes del calendario inca. Los germanos celebraban el 26 de diciembre el nacimiento de Frey, dios nórdico del sol naciente, la lluvia y la fertilidad.

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