Mujeres con bozales en la pasarela

La joven diseñadora Krizia Robustella debutó ayer en Cibeles Madrid Fashion Week (MFW) con una colección titulada I love you perra que, supuse, giraba en torno a la mujer de mal vivir con un corazón de oro cuando la vi anunciada. 

Resultó ser todo lo contrario: perras de verdad. Fue un asunto algo repetitivo y nos hartamos de ver alusiones al mundo canino, desde camisetas estampadas ad nauseam con la palabra «guau», hasta una mujer con un bozal rosa fucsia, todo ello acompañado de una banda sonora de ladridos. 

El cuarto día de la pasarela madrileña suele ser el elegido para reunir a todos aquellos diseñadores difíciles de catalogar, generalmente los que no pertenecen a la subvencionada y elitista Asociación de Creadores de Moda de España (Acme) o de gustos demasiado posmodernos para los organizadores de MFW.

 Es también el día en que dos mujeres que suponemos profetas en su tierra, aunque no en Madrid, desde luego, nos muestran sus colecciones, que no son como para echar cohetes generalmente: la andaluza Juana Martín y la castellanoleonesa María Lafuente. Aunque debo confesar que la primera estuvo mucho mejor en esta ocasión, de la segunda es preferible no hablar. Rara vez podrás ver a personajes mediáticos decorando el front row los jueves. Sin embargo, no conviene desdeñar este ultimo día de la pasarela, donde han desfilado durante mucho tiempo los grandes triunfadores de las últimas tres ediciones de MFW, Juanjo Oliva y Carmen March. Ayer, dentro de ese gran cajón de sastre vimos las colecciones de dos marcas que pueden llegar a convertirse en futuros triunfadores. 

El primero es Nicolás Vaudelet, que promete sacar a la marca sevillana El Caballo del limbo opaco y ultra pijo en el que estaba metida. Sus propuestas estaban llenas de muy buen gusto y gran originalidad. La segunda es Jan iú Més, nombre tras el que se esconden dos jóvenes diseñadores, Jan Zamora Arroyo y Alfonso Peña Carreras, que presentaron una colección para hombre inspirada en el clásico traje masculino, confeccionada toda en seda. 

Los jueves suele ser el día en que desfila Carlos Díez Díez, diseñador muy genial que suele tratar sus prendas inspiradas en la ropa deportiva o para la calle como si se tratasen de la mas alta haute couture. Ayer abrió su desfile con una modelo vestida con un rígido tutú que iba acompañado con unas zapatillas Converse a las que había convertido en botas de dominatrix, y lo cerró con un traje para hombre estampado con cisnes sobre fondo verde, acompañado de gorra, zapatillas Converse y mochila a juego. 

Entre medias vimos toda una salida en azul klein de pantalones de pinzas traseras y monos o vestidos en denim negro que se cerraban con cremalleras que llevaban los modelos sobre la piel desnuda y resultaban muy sexy. Había un maravilloso traje de noche inspirado en un mono de obrero que me encantaría que llevase una de nuestras elegantes oficiales en la gala de las T de Telva. Pero eso sí: conjuntado con diamantes y perlas. 

Cerraron MFW Guillermina Baeza y Dolores Cortés con sus colecciones para baño. Maravillosa la segunda.

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